En la casa de subastas Segre de Madrid salió a subasta, el pasado mes de septiembre, un retrato en bronce de la reina Victoria Eugenia a caballo fechado en 1922, obra de Mariano Benlliure.
En 1922 el ministro de la Guerra Juan de la Cierva le encargó a Benlliure una escultura de la reina Victoria Eugenia a caballo para colocarla en su ante-despacho en el Ministerio.
Benlliure tomó apuntes de la reina montada sobre su yegua favorita y encajó el boceto, durante varias sesiones en el Palacio Real. Terminado el boceto o modelo reducido de la escultura, con un pedestal en el que representó en relieve un desfile de honor del Regimiento Victoria Eugenia, se amplió al tamaño definitivo obteniéndose el modelo en escayola, base para el inició del proceso de fundición en bronce a la cera perdida, fruto del cual se obtuvo la estatua en bronce firmada y fechada en 1922 y marcada con el sello de la fundición Mir y Ferrero de Madrid, destinada al Ministerio de la Guerra.
A partir del boceto o modelo reducido en escayola fundió tres bronces, según narra Carmen de Quevedo en su biografía del escultor (“Vida artística de Mariano Benlliure”, Madrid, 1947, pp.438-439). Bronces que debían ser sensiblemente diferentes entre sí, ya que al fundirse a la cera perdida e intervenir Benlliure en cada uno de los pasos del proceso, es imposible que retocara de forma idéntica tanto la cera como el bronce final en frio, al igual que la pátina variaría de un ejemplar a otro. Por ello los tres bronces a pequeño tamaño deben considerarse obras originales y no copias o “clones” de la escultura a todo su tamaño, hoy perteneciente al Museo del Prado y depositada en el Museo de Bellas Artes de Valencia, como se ha dicho en prensa (Levante, “El Estado se queda el clon de un Benlliure”, Valencia 17 de octubre de 2015). Es evidente que el Estado no hubiera comprado nunca una copia o “clon”, que no tienen ningún valor como obra de Benlliure.
El Estado se queda el clon de un Benlliure – Levante EMV
Uno de los tres pequeños bronces, el adquirido recientemente por el Estado, se lo dedicó a Juan de la Cierva, a quién no le había dedicado la escultura destinada al Ministerio de la Guerra, como se decía en el artículo mencionado de Levante. Otro, según dice Carmen de Quevedo, lo adquirió el marqués de Foronda, y el tercero se lo quedó él, como se puede ver en una fotografía de su casa que publicamos, posterior a 1927 (el retrato de Benlliure pintado por Laszlo que se ve al fondo está fechado en 1927). Por tanto, podrían existir otros dos pequeños bronces originales que no están localizados.
En 1940 el escultor hizo una importante donación de obras al Museo de Bellas Artes de Valencia, entre las que figuraba el boceto en escayola de la reina a caballo, sin el pedestal. En los años 70 el propio museo encargó dos copias en bronce, una para la propia institución y otra que se depositó en el Museo de Jaén, proceso en el que el yeso original resultó dañado. Estas dos fundiciones si deben considerarse copias porque se realizaron sin el control del autor y sin autorización sobre los derechos de autor vigentes.
En el Museo del Ejército de Toledo se expone una fundición en bronce a tamaño grande de la estatua de la reina sin el pedestal. De ella se sacó una copia en bronce para el Museo de la Academia de Caballería de Valladolid, copia fundida por Eduardo Capa, fundidor que nunca trabajó para Mariano Benlliure. La fundición Capa empezó a funcionar en 1958, once años después de la muerte de Benlliure.
Según dice Carmen de Quevedo, pp.438-439, la escultura del Museo del Ejército procede del Museo de Caballería al que se la donó el marqués de Foronda, lo que contradice que el marqués hubiera adquirido un ejemplar pequeño como dice la misma Quevedo. En el catálogo de la exposición celebrada en 1998 en el Museo del Ejército, cuando estaba en Madrid, “Benlliure y el Ejército” p.104, se dice en cambio que la escultura fue donada al museo por Benlliure en 1925, por lo tanto sería un segundo bronce a tamaño grande, que no se correspondería con el bronce a menor tamaño que conservaba Benlliure después de 1927 y que se ve en la foto. Lo cierto es que el bronce expuesto en el Museo del Ejército en Toledo no parece tener la misma riqueza de detalles y la calidad de modelado del expuesto en Valencia.
Para terminar, lo que no hay duda es que tanto el bronce grande del Museo del Prado depositado en Valencia, como el pequeño adquirido el pasado septiembre por el Estado en Subastas Segre, son dos esculturas originales de Mariano Benlliure, con pequeños detalles de acabado que las diferencian entre sí, además de la más evidente de su tamaño, y no una copia o clon el uno del otro.