En el proyecto de reforma aprobado por el Ayuntamiento se traslada el monumento desde el eje de la Alameda a la embocadura de la calle Larios, y se reorienta según su eje, es decir, norte – sur. De esta forma, las estatuas del marqués y la Caridad mirarán al norte y se verán siempre a contraluz, por lo que difícilmente se podrán apreciar, además de contradecir el proyecto original de Benlliure, que estudiaba y valoraba tanto el lugar como su orientación.
El problema que plantea esta nueva posición y orientación se aprecia claramente en la imagen de la propuesta, en la que se ven en sombra las dos esculturas, además de quedar completamente descontextualizado el conjunto, que si bien se alinéa con la calle Larios, no guarda ninguna relación con la Alameda.