El mes pasado se celebró un juicio con motivo del intento de venta de una copia ilegal de una obra de Mariano Benlliure. Se trataba de una copia de la escultura de Alfonso XIII a caballo realizada por encargo del Ayuntamiento de Madrid en 1905 para regalarle al presidente de Francia en su visita a la capital. El modelo en yeso había perdido las partes más frágiles: las riendas, el sable y las orejas y la cola del caballo, y se rehicieron sin tener la referencia del original, por tanto diferentes, y así se fundieron varios ejemplares sin respetar los derechos de autor en la Fundición CAPA, como evidencia el sello que llevan en la base.

El Museo del Ejército se quedó con uno de los bronces, que aún expone como obra de Benlliure, otro fue a la colección del Palacio de Buenavista, actualmente Cuartel General del Ejército, y al menos otros dos se han localizado en colecciones particulares. Uno de ellos se intentó sacar a la venta hace unos meses como obra original de Benlliure con una valoración de 18.000 a 20.000 €, pero antes de incluirlo en el catálogo de la subasta nos avisaron para expertizarlo y al saber que se trataba de una copia la casa de subastas lo retiró. Unos meses después se sacó a subasta como copia por 2.500 € y, en su rastreo de las webs, la Policía de Patrimonio lo localizó y nos pidió un informe, ante el cual intervino la pieza. En el juicio se absolvió al propietario, al que se le va a devolver la escultura sin tan si quiera eliminar la firma para que no vuelva a poder comercializarla como un Benlliure, porque según alegó la juez “obró de buena fe y era plenamente lógico que tal figura fuera una copia procedente del molde que donó Mariano Benlliure al Museo del Ejército, el cual, siendo propietario legítimo del molde realizó reproducciones”…. Por lo que según la juez, ser propietario de una obra de arte da derecho a hacer con ella lo que se quiera independientemente de los derechos de autor…¡Sorprendente!