A principio de febrero saldrá el libro Mariano Benlliure y Nueva York, codirigido por Lucrecia Enseñat Benlliure y Leticia Azcue Brea, directora y vicepresidente de la Fundación Mariano Benlliure y Conservadora de Escultura y Artes Decorativas del Museo Nacional del Prado respectivamente. fruto del trabajo de investigación realizado durante cuatro años. Colaboran también en el libro Constancio del Álamo, conservador de escultura de la Hispanic Society, Crsitina Domenech, coordinadora de educación de la Hispanic, Javier Gimeno, delegado en España y miembro del comité ejecutivo de la Fédération Internationale de la Médaille d’Art (FIDEM), Blanca Pons-Sorolla, bisnieta de Joaquín Sorolla y máxima experta en la obra del pintor, y el fotógrafo Santiago Mijangos.

El libro está dedicado a la obra del escultor Mariano Benlliure (Valencia, 1862-Madrid, 1947) en los Estados Unidos, conservada principalmente en la ciudad de Nueva York en la colección de la Hispanic Society of America.

Sus primeros clientes neoyorquinos fueron el magnate, coleccionista y mecenas del arte Henry G. Marquand, segundo presidente del Metropolitan Museum que firmó con Benlliure un primer encargo en 1883, casi al mismo tiempo que otro destacado amante del arte e influyente personaje de la sociedad norteamericana, Samuel Ward, le encargaba su busto. Pero su principal benefactor durante el primer tercio del siglo XX fue Archer M. Huntington, que le encargó una importante serie de retratos de los personajes más destacados del panorama cultural español del momento, además de comprarle otras obras para la Hispanic Society. No obstante, el encargo de mayor envergadura escultórica sería el monumento al congresista William A. Jones para la ciudad de Warsaw en el estado de Virginia.

Una primera parte del libro está dedicada a abordar, en diferentes ensayos, el panorama artístico de la ciudad de Nueva York y la Hispanic Society en ese primer tercio del siglo XX, así como una aproximación a la escultura figurativa en España, y la presencia de los más destacados escultores españoles en Iberoamérica en el mismo periodo. Se aborda también la relación de Benlliure con Archer M. Huntington y la exposición medallística de 1910 en Nueva York, origen del inicio de la relación entre el escultor y el hispanista; se analiza su vinculación con la escultura a través de su segunda esposa, la escultora Anna Hyatt, que fomentó los encuentros con Benlliure, así como la fuerte vinculación que unió a Benlliure y Sorolla, dos de los artistas mejor representados en la colección de la Hispanic. Se indaga, además, en la fortuna crítica del escultor valenciano en los Estados Unidos.

En la segunda parte del libro se estudian y contextualizan, de manera exhaustiva, cada una de las obras que Mariano Benlliure realizó para los Estados Unidos.

Mariano Benlliure y Nueva York